
El Istmo de Tehuantepec: La capital eólica de México
El estado de Oaxaca, especialmente la región del Istmo de Tehuantepec, se ha consolidado como el epicentro de la energía eólica en México. Con velocidades de viento que promedian entre 7 y 10 metros por segundo durante gran parte del año, esta región ofrece condiciones excepcionales para la generación de electricidad a partir del viento.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE), Oaxaca concentra aproximadamente el 62% de la capacidad eólica instalada en México, con más de 2,800 MW distribuidos en diversos parques que han transformado el paisaje y la dinámica socioeconómica de la región.

Principales proyectos eólicos en la región
En las últimas dos décadas, el Istmo de Tehuantepec ha visto surgir numerosos proyectos eólicos que aprovechan su privilegiado recurso natural. Entre los más destacados encontramos:
Parque Eólico | Municipio | Capacidad (MW) | Operador | Año de inicio |
---|---|---|---|---|
La Venta | Juchitán | 102 | CFE | 2007 |
Eurus | Juchitán | 250 | Acciona/CEMEX | 2009 |
Piedra Larga | Unión Hidalgo | 228 | Iberdrola | 2012 |
Bií Hioxo | Juchitán | 234 | Naturgy | 2014 |
Ventosa | La Ventosa | 102 | EDF | 2010 |
Estos parques eólicos representan inversiones superiores a los 5,000 millones de dólares y han contribuido significativamente a la diversificación de la matriz energética del país, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero.
"El Istmo de Tehuantepec posee uno de los mejores recursos eólicos del mundo, comparable con regiones como Patagonia en Argentina o el Mar del Norte en Europa. Su potencial aún no ha sido aprovechado en su totalidad."
- Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE)Impacto económico de los proyectos eólicos
El desarrollo de la industria eólica en Oaxaca ha generado diversos beneficios económicos para la región:
- Creación de empleo: Durante la fase de construcción de los parques, se generan cientos de empleos directos, aunque estos tienden a reducirse significativamente durante la fase de operación y mantenimiento.
- Ingresos por arrendamiento de terrenos: Los propietarios de tierras reciben pagos por el uso de sus terrenos, lo que ha representado una fuente de ingresos adicional para muchas familias.
- Inversión en infraestructura: La construcción de parques eólicos ha implicado mejoras en carreteras, redes eléctricas y otras infraestructuras que benefician a las comunidades locales.
- Pago de impuestos: Los municipios reciben ingresos adicionales por impuestos y derechos asociados a la operación de los parques.
Desafíos sociales y conflictos comunitarios
A pesar de los beneficios económicos, el desarrollo eólico en Oaxaca no ha estado exento de controversias y conflictos sociales. Algunos de los principales desafíos incluyen:

Críticas y preocupaciones comunitarias
- Consultas inadecuadas: Muchos proyectos han sido criticados por no realizar consultas previas, libres e informadas con las comunidades indígenas, como establecen los convenios internacionales.
- Distribución inequitativa de beneficios: Existe percepción de que los beneficios económicos no se distribuyen equitativamente entre todos los miembros de las comunidades.
- Impactos en formas tradicionales de vida: Los parques eólicos han modificado el uso del territorio, afectando actividades como la agricultura y la ganadería.
- Impactos ambientales locales: Preocupación por efectos en la fauna local, especialmente aves, y por el ruido generado por los aerogeneradores.
Estos conflictos han resultado en protestas, bloqueos y procesos legales que han retrasado o modificado algunos proyectos eólicos en la región. La experiencia demuestra la importancia de implementar enfoques de desarrollo que consideren adecuadamente las dimensiones sociales y culturales del territorio.
Hacia un modelo de desarrollo eólico más inclusivo
A partir de las experiencias acumuladas, tanto positivas como negativas, se están implementando nuevos enfoques para el desarrollo de proyectos eólicos en Oaxaca:
Prácticas emergentes para mejorar la relación con las comunidades
- Consultas previas robustas: Implementación de procesos de consulta que respeten los estándares internacionales y las particularidades culturales de las comunidades.
- Modelos de beneficio compartido: Esquemas que van más allá del simple arrendamiento de tierras, incluyendo participación en los ingresos del proyecto.
- Proyectos de desarrollo comunitario: Inversión en infraestructura social, educativa y de salud como parte integral de los proyectos eólicos.
- Formación y capacitación local: Programas para que los habitantes locales puedan acceder a empleos más calificados y duraderos en los parques.

Lecciones aprendidas y perspectivas futuras
La experiencia de Oaxaca ofrece importantes lecciones para el desarrollo de la energía eólica en México y otros países:
- La importancia de integrar desde el inicio consideraciones sociales y culturales en la planificación de proyectos renovables.
- La necesidad de establecer marcos regulatorios claros que equilibren los intereses de inversionistas, gobierno y comunidades.
- El valor de implementar mecanismos transparentes para la distribución de beneficios que lleguen efectivamente a toda la comunidad.
- La relevancia de respetar y valorar las formas tradicionales de organización y toma de decisiones en comunidades indígenas.
Mirando hacia el futuro, Oaxaca mantiene un enorme potencial para continuar desarrollando su capacidad eólica. Se estima que la región podría albergar hasta 10,000 MW de capacidad instalada, cuatro veces lo actualmente existente. Sin embargo, el ritmo y la forma en que se concrete este potencial dependerán en gran medida de la capacidad para implementar modelos de desarrollo que generen auténticos beneficios compartidos y respeten la autodeterminación de las comunidades locales.
Los proyectos eólicos en Oaxaca representan un caso emblemático de las oportunidades y desafíos que conlleva la transición energética. Su experiencia demuestra que para que la energía renovable sea verdaderamente sostenible, debe integrar no solo consideraciones técnicas y económicas, sino también sociales, culturales y ambientales en su más amplio sentido.